Lunes 7 de julio
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado… (v. 15).
La escritura de hoy: 2 Timoteo 2:14-16, 22-26 | Patricia Raybon escribe: |
En sus comienzos como escritora cristiana, Gayle solía recibir regalos encantadores de su editor: flores, chocolates, tés de hierbas. Pero con el tiempo, el editor empezó a enviarle regalos de valor perdurable: una Biblia anual, devocionarios y diarios de oración. Al ir usándolos, Gayle maduró espiritualmente; menos distraída con regalos frívolos y más dedicada a usar su vida para guiar a otros a Cristo.
Este enfoque evoca el crecimiento de Timoteo bajo el discipulado del apóstol Pablo, quien le dijo: «Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad» (2 Timoteo 2:15).
Y luego agregó: «Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad» (v. 16); «huye también de las pasiones juveniles, […] desecha las cuestiones necias […]. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido» (vv. 22-24).
El consejo sabio de Pablo brinda otro beneficio clave. Aun los que se oponen a Cristo, cuando vean nuestras decisiones maduras en Él, tal vez «escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él» (v. 26). Por eso, crecer en Dios tiene resultados eternos. Crezcamos en nuestra fe y otros también se beneficiarán.
Reflexiona y ora
¿En qué área está inmadura tu fe? ¿Cómo puedes crecer espiritualmente?
Dios, ayúdame a madurar espiritualmente.
Martes 8 de julio
Jesús le dijo: Tu hermano resucitará (v. 23).
La escritura de hoy: Juan 11:1-7, 17-25 | Kenneth Petersen escribe: |
En 2011, Karey Packard y su hija estaban empacando para mudarse. De repente, el corazón de Karey se detuvo. Los doctores la reavivaron, pero su condición empeoró durante la noche. Le dijeron a su esposo que llamara a la familia para despedirse, e hicieron lo que él llamó «una oración desesperada».
¿Con qué frecuencia hemos hecho una oración desesperada en una crisis? María y Marta lo hicieron. Enviaron un mensaje desesperado a Jesús: nuestro hermano Lázaro, «el que amas», está gravemente enfermo (Juan 11:3). Cuando Jesús por fin llegó, Lázaro había estado muerto cuatro días. Angustiada, Marta le dijo a Jesús: «si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto» (v. 21). Sabía que Él podía sanar a enfermos, pero no imaginaba que tenía poder sobre la muerte. Por supuesto, Jesús resucitó a Lázaro; un anticipo de su propia resurrección semanas después.
Karey había muerto oficialmente, pero Dios la hizo revivir milagrosamente. En ambas historias, es fácil no captar la idea: Dios tiene propósitos que desconocemos. No sana ni resucita a todos, pero nos asegura: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá» (v. 25). Como creyentes, pase lo que pase, sabemos que estaremos con Jesús. Tal vez esto haga que tus oraciones desesperadas no lo sean tanto.
Reflexiona y ora
¿Qué experiencias desesperantes has tenido? ¿Cómo oraste mientras las atravesabas?
Dios, ayúdame a ver tus propósitos.
Miércoles 9 de julio
No apaguéis al Espíritu (v. 19).
La escritura de hoy: 1 Tesalonicenses 5:16-24 | Tim Gustafson escribe: |
Eran tres adolescentes desbordantes de adrenalina, desatados en el inmenso sistema subterráneo hacia la cueva Mammoth. Su tío Frank, experto en cuevas y familiarizado con esos lugares, iba con ellos. Como conocía los peligros, les decía continuamente: «¡Muchachos, por aquí!». Pero ellos se alejaban cada vez más.
Atenuando su linterna de cabeza, el tío Frank decidió permanecer en silencio. Pronto, los chicos se dieron cuenta de que habían perdido a su guía. Con pánico, gritaron su nombre. No hubo respuesta. Por fin, vieron que su linterna destellaba a lo lejos. ¡Alivio y paz instantáneos! Ahora estaban listos para seguir a su guía.
Esta historia verídica constituye una parábola adecuada sobre cómo tratar el regalo del Espíritu Santo. Los desvíos nos tientan a alejarnos de la voz que nos llama a seguir al que dijo: «sígame» (Mateo 16:24).
El Espíritu de Dios nunca nos abandona, pero podemos ignorarlo. El apóstol Pablo advierte: «No apaguéis al Espíritu» (1 Tesalonicenses 5:19), sino «estad siempre gozosos. Orad sin cesar» y «dad gracias en todo» (vv. 16-18). Al hacerlo, nos mantenemos cerca de nuestro Guía, el «Dios de paz» que puede guardar a cada uno «irreprensible» (v. 23). No es obra nuestra; es de Él. Como nos recuerda Pablo: «Fiel es el que os llama, el cual también lo hará» (v. 24).
Reflexiona y ora
¿Cómo has ignorado la voz del Espíritu Santo? ¿Cómo podrías seguirlo más de cerca?
Padre, que esté atento a ti hoy.
Jueves 10 de julio
Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás (v. 8).
La escritura de hoy: Salmo 139:7-12 | Jasmine Goh escribe: |
Cuando a mi abuela le informaron delicadamente que mi abuelo moriría pocos días después, nos preocupó que estuviera triste y ansiosa. «¿Estás preocupada?», le preguntó alguien, creyendo que podría tener preguntas sobre la condición física de su esposo o necesitara ayuda. Tras pensar por un momento, respondió con calma: «No. Sé adónde va. Dios está allí con él».
Su expresión de la presencia de Dios con su esposo evoca la de David en el Salmo 139: «Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás» (v. 8).
Aunque la certeza de la presencia de Dios conlleva una sutil advertencia de que no podemos huir de su Espíritu en ningún lugar, también trae gran consuelo a los que lo aman y desean estar seguros de su presencia: «A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?» (v. 7). A los redimidos por Dios puede consolarnos saber que, dondequiera que estemos, Él está allí tomándonos de la mano y guiándonos (v. 10).
Cuando atravesemos situaciones difíciles y no sintamos que Dios está con nosotros, podemos estar seguros de que está presente con aquellos a quienes ama y que lo aman. Que esta realidad te dé la esperanza y el consuelo que necesites hoy.
Reflexiona y ora
¿Qué te preocupa más hoy? ¿Cómo te ayuda la certeza de la presencia de Dios?
Dios, cuando esté preocupado, ayúdame a recordar que mi vida está en tus manos.
Viernes 11 de julio
Buscad al Señor, y vivid… (v. 6).
La escritura de hoy: Amós 5:1-6, 10-14 | Tom Felten escribe: |
Una familia que había perdido contacto con su hijo y hermano Tyler recibió una urna que supuestamente contenía sus cenizas. Con solo 22 años de edad, al parecer había muerto de una sobredosis de drogas. Durante años, había luchado con los efectos de las drogas y las malas decisiones. Pero antes de la reportada sobredosis, había estado sobrio tras completar un programa de recuperación de adicciones. Luego, las autoridades descubrieron algo sorprendente: ¡Tyler estaba vivo! Lo habían confundido con otro joven que había muerto por sobredosis. Más tarde, reunido con su familia y reflexionando sobre la muerte del otro joven, Tyler dijo: «Podría haber sido yo».
Una vez, los israelitas aprendieron de su muerte… aunque estaban bien vivos. El profeta Amós cantó estas palabras al rebelde pueblo de Dios: «Cayó la virgen de Israel, y no podrá levantarse ya más» (Amós 5:2). ¿Estaban muertos? Pero Amós también transmitió estas consoladoras palabras de Dios: «Buscadme, y viviréis», y «buscad lo bueno, […] porque así el Señor Dios de los ejércitos estará con vosotros» (vv. 4, 14). Aunque estaban muertos en sus pecados contra Dios, el Señor los invitó a volverse a Él y hallar vida.
Confesemos nuestros pecado ante Aquel que nos ama y perdona. Con amor, Dios nos lleva de la muerte a la vida (Juan 5:24).
Reflexiona y ora
¿Cómo lleva a la muerte ir en contra de Dios? ¿Qué necesitas confesarle?
Dios, ayúdame a alejarme de mi pecado.
Sábado 12 de julio
Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios (v. 6).
La escritura de hoy: 1 Corintios 3:5-9 | Leslie Koh escribe: |
Después de años de discipular a Caleb, Marcos se desalentó al enterarse de que un líder de la iglesia le había asignado otro mentor. El líder señaló: «Por fin, Caleb tiene un mentor».
¿Qué creen que estuve haciendo todos estos años?, se preguntó Marcos. Aunque no había esperado ninguna recompensa ni reconocimiento, no podía evitar sentirse dolido.
Sin embargo, años después, Caleb le dijo a Marcos que él se le había acercado cuando más necesitaba guía espiritual. Al oír esas palabras alentadoras, Marcos entendió esto: Dios da a los creyentes en Jesús dones específicos para servirle de maneras diferentes —sin compararse con otros—, y Él supervisa el momento.
En 1 Corintios 12:4-31, Pablo enfatiza el valor de los miembros del cuerpo de Cristo, la iglesia, que tienes diferentes dones, ministerios y operaciones. Y en el capítulo 3, nos recuerda quién es la fuente suprema de los resultados: «Yo planté, Apolos regó; pero el crecimiento lo ha dado Dios» (v. 6).
A cada uno de nosotros se nos ha dado una oportunidad y etapa para hacer la obra de Dios. Mantengamos nuestros mirada y nuestro corazón centrados en hacer lo mejor en la etapa que Dios nos ha asignado y no nos preocupemos por lo que otros logren a su manera y en su tiempo.
Reflexiona y ora
¿Qué oportunidades te ha dado Dios para usar los dones que te ha concedido? ¿Cómo puedes usarlos mejor en esta etapa y momento?
Dios dador de dones, ayúdame a concentrarme en la tarea que me has dado para hacer.
Domingo 13 de julio
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre… (v. 8).
La escritura de hoy: Proverbios 1:1-9 | Anne Cetas escribe: |
Tomás, de siete años, admiraba los brillantes trofeos de su papá de torneos de atletismo de la escuela que estaban en un estante. Pensó: Quiero uno para mi cuarto. Entonces, preguntó: «Papá, ¿puedo tener uno de tus trofeos?». Sorprendentemente, el hombre respondió: «No, Tomás, son míos. Yo los gané, y tú puedes ganar los tuyos». Entonces, planeó que, si el niño daba una vuelta a la manzana corriendo en determinado tiempo (sabía que su hijo podría hacerlo), le daría un trofeo propio. Con la guía de su papá, Tomás practicó, y una semana después, él lo alentó a que corriera en ese tiempo. Tomás aprendió lecciones de autodisciplina y trabajo duro, y su papá lo felicitó con un premio.
Proverbios 1:8 alienta a los hijos: «Oye […] la instrucción de tu padre». El papá de Tomás también le enseñó sobre correr la carrera de la vida con Jesús y escuchar su guía. Lo instruyó a escoger «justicia, juicio y equidad», tal como aquel padre hizo en Proverbios (v. 3). Las enseñanzas de un padre son valiosas: «adorno de gracia […] a tu cabeza, y collares a tu cuello» (v. 9).
Tal vez no tengas un padre terrenal que te instruya en tu carrera con Cristo, pero Dios puede guiarte a un mentor que te transmita su sabiduría. O quizá Dios te esté llamando a ti a discipular a alguien. Él te guiará al correr la carrera con otros.
Reflexiona y ora
Entre tus conocidos, ¿de quién podrías aprender sobre la vida en Cristo? ¿A quién podrías ayudar tú?
Padre, dame un mentor.